El Matarraña es una comarca aragonesa (España) situada en el este de la provincia de Teruel. Su capital administrativa es Valderrobres. Su territorio corresponde aproximadamente con la cuenca del río Matarraña más la parte aragonesa de la cuenca del río Algars (o Algás).
Municipios
La comarca engloba a los municipios de Arens de Lledó, Beceite, Calaceite, Cretas, Fórnoles, La Fresneda, Fuentespalda, Lledó, Mazaleón, Monroyo, Peñarroya de Tastavins, La Portellada, Ráfales, Torre de Arcas, Torre del Compte, Valdeltormo, Valderrobres y Valjunquera.
Geografía
Limita al norte con el Bajo Aragón-Caspe, al este con la provincia de Tarragona, al sur con la provincia de Castellón y al oeste con el Bajo Aragón. La comarca de Matarraña se suele considerar parte del Bajo Aragón Histórico.
La comarca pertenece a la llamada Franja de Aragón, y en todos sus municipios la lengua local está entre las variedades clasificadas como dialectos del catalán. Además, toda la población conoce el castellano.
La naturaleza de la comarca, junto con su patrimonio histórico, ha sido descrito por la revista Vogue como “La Toscana española”.
Historia
La comarca de Matarraña se encuentra en un espacio geográfico que históricamente ha sido un nexo entre las tierras del interior y la costa del Mediterráneo. Se encuentra en un punto de unión entre la Comunidad Valenciana y Cataluña, dentro de una zona geográfica muy montañosa conocida como Puertos de Tortosa-Beceite, que a su vez supone la unión del Sistema Ibérico con la Cordillera Costero-Catalana.
El arte rupestre levantino es el primer testigo que se encontró en el territorio y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El arqueólogo calaceitano Joan Cabré descubrió en 1903, en el Barranco del Calapatar en Cretas, el primer conjunto de estas manifestaciones pictóricas naturalistas en la Roca dels Moros (disponible en un museo). Posteriormente se encontraron las pinturas de la Fenellassa, en Beceite, los rastros de las cuales se alejan del naturalismo para adoptar formas de representación esquemática.
En los siglos VII-VI a.C. se desarrolló la época ibérica, cuando se constituyó uno de los momentos de mayor esplendor en el territorio del Matarraña. Son numerosos los poblados establecidos a partir del siglo V a.C., como el de los Castellanos, entre Cretas y Calaceite, El Piura del Barranc Fondo de Mazaleón, el Tossal Redó en Calaceite, etc. En este aspecto, el Poblado íbero de San Antonio de Calaceite jugó un papel predominante en la zona, hasta que finalmente fueron abandonados con la llegada de los romanos en 218 a.C.
La organización actual del territorio de Matarraña tiene su origen a finales del siglo XII, en tiempos de la reconquista cristiana, la que no se hizo efectiva hasta el reinado de Alfonso II. El año 1179 dio buena parte del territorio a la Orden de Calatrava, mientras que la Peña de Aznar Lagaya (con Fuentespalda, Valderrobres, Mazaleón, Torre del Compte y Beceite) se quedaba en manos del arzobispado de Zaragoza, promotores del castillo e iglesia de Valderrobres.
Durante la Edad Moderna, el aumento del poder municipal se plasma en la construcción de casas consistoriales tomando el diseño renacentista. En este período se asiste a una especialización en la producción del aceite, con un importante número de prensas donde se realizaba la molienda en campañas que duraban 8 o 9 meses. Y también se tuvo que hacer frente a los devastadores efectos de la guerra en verse esta zona involucrada en la Sublevación de Cataluña de 1640 y la Guerra de Sucesión Española de 1705. Ya en el siglo XIX, con las guerras carlistas, los Puertos de Beceite se consolidan como un foco de resistencia durante el Trienio Liberal.
Hasta el 1833 la Matarraña formó parte del partido o corregimiento de Alcañiz; con la división provincial de este año quedó incluida en la Provincia de Teruel (excepto Aguaviva, que fue atribuido al de Castellote, todos los otros lugares pasaron a depender del partido judicial de Alcañiz).
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