domingo, 11 de diciembre de 2022

Cívica: una aldea excavada en la roca (Guadalajara


Cívica, Ceivica o Cíbica: tres formas de llamar a un lugar que sorprende necesariamente al viajero. No se trata de un lugar común. Entre las localidades de Masegoso de Tajuña y Brihuega, en la provincia de Guadalajarala aldea abandonada de Cívica parece un lugar sacado de una película fantástica o de un libro de Tolkien.

A la izquierda de la carretera hay una impresionante cascada por el colorido que concede al paisaje que la envuelve, cuya existencia depende del agua que resbala y forma cortinas que alimentan a diversas especies de plantas.


El lugar parece irreal. Alguien trató de aprovechar la pintoresca simbiosis entre piedra, selva y arroyos para hacer un jardín vivienda donde la naturaleza había esculpido la base y al que se quisieron hacer algunos añadidos.


Cívica, en medio de un paraje idílico

Cívica emerge como un pequeño conjunto urbano, emplazado en un paraje de gran belleza, visible a pie de carretera, cubierto de frondosa vegetación con arroyos y cascadas surgiendo por todas partes, con grutas, manantiales, cavidades, corredores y pasajes obra de la naturaleza.

A ellos se mezclan elementos arquitectónicos como escaleras, terrazas, arcos, paseos, rellanos, puertas y balaustradas de piedra, que son obra del hombre.

Debajo de unos cipreses se abre una puerta de aspecto gótico, aunque no es muy antigua, que da acceso a una caverna en la que se ven algunos restos que permiten adivinar que allí hubo una pequeña taberna o algo parecido.

Aunque no hay indicios que lo confirmen, es muy posible que todas las oquedades y galerías fueran utilizadas desde muy antiguo, quizá en la Edad Media (cuando pertenecía a la tierra de Atienza), como refugio de eremitas, habitualmente interesados en lugares como Cívica.

El viajero que visita el lugar tiene la sensación de hallarse ante un enclave sagrado en el que resultaría relativamente fácil entregarse a visiones místicas. Las galerías forman un pequeño laberinto, con sus rincones iluminados por pequeños huecos a través de los cuales entra una reveladora luz cenital.

La sensación se intensificará cuando se vea sorprendido por una extraordinaria pared kárstica llena de grutas cerradas con diversas balaustradas, sobre unos aterrazamientos. En la base de la roca se abren otras tres puertas parecidas a la anterior. A la derecha, una escalera conduce a la parte superior.


No se sabe mucho de la historia y pasado de Cívica. Solo hay algunas citas sueltas que aseguran que aquí hubo una casa grande y una granja que fueron compradas en 1441 por los monjes jerónimos de Villaviciosa de Tajuña a su dueño, Antón Díaz, residente en Cifuentes.

En otros textos se habla de su origen celtíbero. En realidad, se trata de una construcción reciente, aunque dé la sensación de tratarse de una aldea muy antigua. Y su responsable fue don Aurelio, un sacerdote enamorado de la belleza del entorno, que heredó los terrenos donde se encuentra este laberinto rocoso.

Incluso el dueño de un establecimiento cercano podrá contar al viajero que se cree que hubo allí una fábrica de papel moneda, que se fabricaría en unas piletas que aparecieron en el monte. Las barandillas fueron colocadas por un sacerdote no hace muchos años.

¿Quienes pudieron habitar las cuevas de Cívica? Ermitaños visigodos, cenobitas medievales, sufíes de Brihuega, místicos sefardíes refugiados, frieres del Temple tras su salida de Torija al disolverse la Orden, agustinos dedicados a labores agrícolas aparte de sus oficios religiosos, jerónimos,…


Nadie lo sabe, pero Cívica está ahí plantada en busca de que alguien descifre sus enigmas. Es hoy un pueblo abandonado que merece la pena descubrir por su originalidad y por ser una combinación perfecta entre la obra del hombre y de la naturaleza.

Los parajes de la tierra alcarreña dan para muchos más lugares con historia al viajero. Una vez que haya conocido la historia de Cívica, el viajero puede prolongar su estancia en la provincia de Guadalajara con varias visitas de interés, como la que le permitirá descubrir Torija y su castillo, o Zorita de los Canes y su lustroso pasado visigodo.

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